Elektra niega crédito a mujer con discapacidad

Es incríeble enterarse de noticias así en los tiempos modernos y es triste a la vez darse cuenta que, pese a toda la apertura cultural gracias los medios de comunicación, existan personas, entidades, empresas, servicios o negocios que discriminen a personas por tener algún tipo de discapacidad.

Alejandra Cortina Figueroa, una mujer independiente que trabaja y paga impuestos como la mayoría de los mexicanos, acudió a una Tienda Elektra de Grupo Salinas, dirigida por Ricardo Salinas Pliego en busca de un refrigerador , pensó que sería candidata a recibir un crédito para comprar el electrodoméstico en cuestión.

Pero cual fue su sorpresa que la tienda Elektra «le negó el crédito por carecer de huellas digitales».

Alejandra es una mujer con dispacidad: no tiene brazos.  Aún con todas las condiciones en contra, hoy día es una mujer independiente (como ya lo comenté) que cuenta con buenas referencias de crédito, ya que en otras mueblerías le han otorgado crédito ya que es candidata por su salaria, empleo y que no se encuentra en buró de crédito (tiene mejores referencias que su humilde redactor).

El argumento de Elektra para negarle el crédito es que, al no tener brazos por ende carece de huellas digitales, las cuales son requeridas para autenticar la propiedad de la cuenta cuando realice retiros en ventanilla.

Si me lo preguntan, es una reverenda tontería y una muestra clara y palpable que la gente que trabaja en Elektra son neandertales sin educación ni civismo, y sobre todo, que no conocen ni los productos financieros que ofrece Elektra.

¿Por qué lo digo?  Es fácil.  Alejandra quiere crédito para comprar un refrigerador, el uso de la huella digital sólo se usa para hacer retiros en ventanilla y como ella no quiere hacer retiros, pues no necesita tener huella registrada.  Sólo haría pagos.  Y vuelvo a lo mismo, si a la gente que trabaja en Elektra «no les gira la ardilla», pues tenemos un problema desde el mismo momento que los clientes pisan la tienda.

Pero bueno, Alejandra procedió como cualquier otra persona que se ve afectada en sus derechos humanos, levantó una queja formal ante la cuarta visitaduría de la CNDH y llegará hasta las últimas consecuencias.

Desgraciadamente me vine a enterar tarde de esta noticia que apareció en la página de la revista PROCESO en enero de este año, así que sería interesante saber el estatus de la queja presentada.

Debemos empezar a cambiar la mentalidad y forma de tratar a nuestros semenejantes, sobre todo a los que la vida les ha dado más pruebas a superar que nosotros.  Debemos empatar con esos retos y apoyarlos.