Cuando Michael Jackson le robó The Beatles a Paul McCartney

El 14 de agosto de 1985 Michael Jackson gana la partida a McCartney y Yoko Ono quedándose con los derechos de los temas de Beatles.

El costo del capricho de Jackson ascendió a 47.5 millones de dólares. Además, perdió su gran amistad con el ex Beatle, con el que años antes había grabado “La Chica es mía o Say say say.

Hasta ese momento, los derechos sobre las composiciones de Lennon y McCartney, que los propios The Beatles perdieron en 1969, los tenía la compañía ATV Music. En el pack no estaban ni Love me do ni Please please me, ni tampoco Tell me why. Seis años más tarde el cantante vendió el 50% a su compañía discográfica, Sony Music.

Después de una recomendación por parte de Paul McCartney, El Rey del Pop se hizo acreedor de temas como Help!
Se sabía que la relación entre el bajista de The Beatles, Paul McCartney, y Jackson, había sido muy buena, pero después de la recomendación de Paul a Michael Jackson esta finalizó en malos términos.

Paul le contó a Michael que el gran negocio de la música consistía en comprar los derechos editoriales de las canciones de los grandes artistas. Algo que Jackson no olvidó. McCartney le confesó al cantante que él había adquirido los derechos sobre las obras de Buddy Holly y Carl Perkins.

En 1985, cuando Michael Jackson adquirió Northern Records por la cantidad de 47 millones de dólares los derechos de reproducción de las canciones de The Beatles que fueron compuestas entre 1964 y 1970, época en que el cuarteto de Liverpool se dedico a la producción de las canciones más famosas de The Beatles, según anunció la revista de espectáculos Variety en los Ángeles.

Los derechos de reproducción de 260 canciones, compuestas por John Lennon y Paul McCartney, fueron comprados en Londres por los representantes del cantante, según Variety, que también informó que el asunto se dio por concluido después de un año de negociaciones con la firma musical británica ATV.

De acuerdo con la revista, las únicas canciones que quedaron fuera del repertorio fueron: Love Me Do, P.S. I Yove You, Please, Please Me, y Ask Me Why.

El catálogo de la compañía musical ATV, poseía los derechos sobre las canciones de Little Richard y el grupo californiano Pointer Sisters. Las canciones de los Beatles que obtuvieron en su momento un gran impacto, y que adquirió Jackson fueron Help, Yesterday, Hey Jude y Michelle.

En octubre de 1983, Jackson y McCartney publicaron un sencillo titulado Say Say Say. Un año después, los abogados de Michael comenzaron la negociación por el catálogo de The Beatles sin dar ningún aviso a McCartney.
Sin embargo, las canciones habían sido vendidas por Lew Grade a la empresa Holmes a Court. Ante ello dicha empresa no dijeron nada de primera instancia, fue hasta que citaron a la viuda de Lennon, Yoko Ono, y McCartney para notificarles que Jackson había ofrecido 46 millones de dólares por los derechos.

Jackson aumentó la oferta a 47 millones en efectivo y de contado por las canciones del cuarteto de Liverpool y finalmente Holmes a Court aceptó la oferta por los derechos al interprete de Thriller, quien dijo en entrevista haber hecho esa adquisición de las canciones de The Beatles por ser obras invaluables.

En distintas entrevistas, McCartney calificó la compra como una alta traición, incluso llamó a Jackson “perro sarnoso”. “Crees que alguien es tu amigo, y de repente, llega y te roba la misma alfombra en la que te sentabas con él”, comentó el bajista de The Beatles.

Según se cuenta en la biografía que J. Randy Tarraborelli escribió sobre Michael Jackson, La magia y la locura, el artista llamó a Paul en cuanto el trato se cerró en Londres. Y Paul le colgó el teléfono. La amistad entre dos leyendas se terminaba en una llamada internacional. ¿Quería decir todo esto que Paul iba a dejar de recibir dinero por las canciones que él mismo había compuesto? En absoluto. Pero según este acuerdo, los beneficios de las canciones de Los Beatles del catálogo que ahora pertenecía a Michael se dividían en un 50% para sus compositores y otro 50% para el editor. O sea, Michael Jackson.

Jackson no solo enfureció a los admiradores de Los Beatles y al propio McCartney por quedarse con su catálogo sino porque las decisiones empresariales que empezó a tomar al respecto para rentabilizarlo fueron recibidas como una afrenta a su legado. Por ejemplo, ceder una de las canciones más políticas del grupo, “Revolution”, del Álbum Blanco, para una campaña de Nike en 1987. El propio grupo denunció esta decisión en los tribunales. “Los Beatles no crearon esta canción para ser utilizada en anuncios”, dijo el abogado de la banda, según Los Angeles Times. “Si hubiesen querido ganar dinero con campañas publicitarias lo podrían haber hecho en los últimos 25 años”, añadió el abogado. Michael no se echó atrás. Todo lo contrario: el siguiente paso fue permitir que se usase “All you need is love”, uno de los puntales de la discografía de los de Liverpool, en un anuncio de Panasonic.

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